Hola Javier:
¿Que tal estás? Hoy hace fresco. Reconozco que tenia un poco de pereza y me ha costado salir de casa para venir a verte. He venido a pie para que me tocara el aire y me parece que me he resfriado.
Los niños siguen preguntando por ti. Marcos aun es pequeño para entender segun que temas y ya no tengo argumentos para explicarle la situación. Enrique lo entiende mejor, pero aun le cuesta dormir por las noches. Cada noche les explico un cuento. Les hablo de personajes fantásticos, de hadas y duendes, y me preguntan si la magia existe. Naturalmente, les digo que si. No puedo coartar sus fantasias infantiles. Ya tendran tiempo para hacerse mayores y darse cuenta de que a veces, qualquier tiempo pasado fue mejor.
En el trabajo me distraigo, hablo con mis compañeras. A veces, cuando creen que no me doy cuenta, noto que me miran y que murmuran a mis espaldas.
Ayer fuí a ver a tus padres. Estan muy bien para su edad. Tu madre sigue cocinando sus platos de siempre y tu padre sigue con su afición al futbol, sin perderse ningun partido de su equipo favorito.
¿Sabes? Ahora estan un poco tristes porque se les escapó el periquito, y he pensado, no se, comprarles otro, pero me parece que no lo voy a hacer. ¿Y si se les escapa tambien?
No, decididamente, no.
Ultimamente me ha aficionado a leer novelas de misterio, y a veces, me paso toda la noche leyendo. Hago el que sea para no pensar en nosotros y distraerme. A veces lo consigo, pero otras veces, noto una opresión en el pecho, que, al rato se me pasa.
Bueno, así es la vida.
Una de cal y otra de arena. Recuerdo como te gustaban los refranes, que te enseñaba tu abuela. Anda, me ha salido un verso. Perdona Javier, igual no te hace gracia.
Ah, se me olvidaba, tu hermana tiene un novio nuevo. Está feliz como un anís.
Otra cosa, el otro dia me encontré con Martín, si, si, tu amigo Martín. Ha vuelto de Inglaterra. Nos reimos mucho. Me dijo que estaba harto de puddings y tea-cups, y que añoraba el clima mediterraneo. Está buscando trabajo como un loco. De momento vive con sus padres. Quedamos para otro dia. Estoy pensando en invitarlo un dia a cenar a casa. Supongo que no te molesta. No, no creo que te moleste, tu nunca has sido celoso.
Bueno, ya no se que más contarte. Mira, lo dejaremos para otro dia.
¿Sabes? A veces pienso que hubiera sido mejor, haberte incinerado, pero tus padres querian que te enterraran en el cementerio, en el nicho familiar. Tu y yo nunca llegamos a hablar de este tema. Y yo, estaba tan triste que todo me era igual. A mí, los cementerios me deprimen.Como hace frio, de momento no te traigo flores ya que enseguida se pasan.
En fin, Javier. Me marcho. Tengo que ir a comprar antes de que cierren el super.
Volveré a verte pronto. Me voy que empieza a llover. Un beso muy grande. Adios.
